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Disfruta de un verano con los ojos bien abiertos, pero protegidos

Disfruta de un verano con los ojos bien abiertos, pero protegidos

Todos hemos leído y escuchado que los rayos ultravioleta (UV) son peligrosos para los ojos. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol. Ahora bien, qué es lo que ocurre en realidad y qué podemos  hacer para evitar que los UV dañen nuestros ojos.

Antes de dar cumplida respuesta, deberíamos tener un par de nociones básicas, como ¿qué tipos de radiación ultravioleta existen y cómo se miden?

La radiación UV es la que nos llega desde el Sol a la Tierra previo paso por la atmósfera. En este proceso existe un filtro natural de la radiación gracias entre otras capas a la del ozono. Además, los UV se pueden clasificar en función de la longitud de onda que tienen. Definiéndose  3 tramos:

  • UVA con longitud de onda entre 320 y 400 nm
  • UVB con longitud de onda entre 320 y 280 nm
  • UVC con longitud de onda entre 280 y 100 nm

La peligrosidad viene determinada por la longitud de onda, de forma que cuanto menor sea la misma más dañina es. Por suerte, el UVC es filtrado en las capas exteriores de la atmósfera. El  UVB, en cambio, la atmósfera lo llega a filtrar en torno al 95 % y tan sólo alcanza un 5 % a la superficie terrestre. En cambio, el UVA está muy poco filtrado por lo que aun siendo el menos dañino de los 3 tipos, es el que en mayor porcentaje de incidencia llega a la superficie terráquea.

Por otra parte, existe una escala que categoriza UV llamado ÍNDICE DE UV. Esta escala indica la intensidad que tiene la radiación. Su parte inferior es 0 y su parte superior no se ha definido.

  • Índice Bajo UV: corresponde entre 0 y 2
  • Índice Medio UV: corresponde ente 3 y 5
  • Índice Alto UV: corresponde entre 6 y 7
  • Índice Muy Alto: corresponde entre 8 y 10
  • Índice Extremo UV corresponde a superior a 11

Con estas nociones es fácil interpretar las previsiones meteorológicas y poder así prevenir lesiones tanto en la piel como en los ojos. A partir de un índice medio, ya está indicado el uso de gafas de sol.

¿Pero qué ocurre si no usamos gafas de sol?

Pues que pueden darse alteraciones de los órganos del ojo que varían en función de la intensidad y el tiempo de exposición.

Las partes del ojo que sufren trastornos son las conjuntiva, córnea, cristalino y retina. En las primeras fases los síntomas suelen ser bastante leves, como enrojecimiento e irritación, pero pueden incrementar su virulencia hacia la fotofobia o visión borrosa pasando por sensación de cuerpo extraño. El final de estos trastornos es la ceguera paso previo por una pérdida temporal de la visión. Y lo que hay que tener en cuenta que todos estos síntomas pueden aparecer una vez pasado el tiempo de exposición.

Recordemos los síntomas: Enrojecimiento, irritación, fotofobia, visión borrosa, sensación de cuerpo extraño, pérdida temporal de visión y ceguera. En caso de presentar algunos de estos síntomas las medidas que hay que tomar son:

  • Compresas/gasas con agua fría.
  • Ingestión de analgésicos.
  • Protección ocular.
  • Hidratación de los órganos.

Y para prevenir todos estos molestos síntomas aquí os dejamos unos cuantos consejos:

  • Uso de gafas de sol
  • Evitar exposición en las horas de mayor exposición
  • Uso de gorras o sombreros
  • Beber agua para estar hidratados.

Como profesionales de la salud visual aconsejamos SIEMPRE el uso de gafas de sol que tengan los filtros correspondientes y que sean de una calidad contrastada a fin de evitar daños mayores por el uso de gafas inadecuadas que el producido por no haber llevado gafas de sol.

En ÓPTICA SAVIS disponemos de distintos modelos en función de la necesidad de protección y de los ajustes anatómicos según la fisionomía de la cara.

VEN A LA TIENDA, y este verano disfruta con los ojos bien abiertos, pero convenientemente protegidos.

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